Según el periódico EL PAÍS, "en la fotografía aparecen Suhaib Hijazi, de 2 años, y su hermano
Muhammad, de 3 años, que murieron al impactar un misil contra su casa
durante un ataque aéreo israelí. Su padre Fouad también murió y su madre
acabó en cuidados intensivos. Los hermanos de Fouad transportan los
cadáveres de los niños a la mezquita para su funeral y posterior
entierro en la ciudad de Gaza, Territorios Palestinos".
Todos los grandes premios de fotografía acaban siendo otorgados a fotografías de denuncia social, violentas y que dejan una gran marca en el fotógrafo que las ha realizado. El ejemplo más claro de ello es el de Kevin Carter, con su fotografía de la niña y el buitre. ¿Hasta qué punto la miseria humana es necesaria para ganar un premio de fotografía?¿Debe el periodista/fotógrafo intervenir en la foto y ayudar a toda esa gente desfavorecida?
Si intervienes en una fotografía, ese material deja de ser auténtico y pasa a ser manipulado. Si, por otro lado, actúas para ayudar a esas personas después de hacer la fotografía, ¿Dejas de cumplir la función fundamental del periodista que es informar? Entran en juego una serie de valores contradictorios entre la ética periodística y la ética personal, que llevan al profesional, en muchos casos, a entrar en crisis.
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